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Conoce la historia reciente de Búho Real a través de Dan Millson

Noche de Búhos: nacer para reinventar Búho Real, regresar al concepto inicial y acabar creando una importante marca en la escena

No hay mejor forma de conocer y descubrir los últimos años de la prestigiosa Búho Real como conversar con Dan Millson, que ha vivido su historia más reciente, compaginando sus diferentes roles en la sala con su carrera y crecimiento artístico como compositor, músico y cantante de su propio proyecto. Así, nos citamos con él antes del concurso open·mic de mañana para saber la conexión de Búho Real con los nuevos talentos y la importancia de su papel en el apoyo de los jóvenes artistas.

¿Cuándo empezó todo?

La sala Búho Real lleva funcionando desde el 1984, pero no empezó haciendo conciertos, sino como bar de copas, y hacia los 90s comenzó la música en directo en el local. Al dueño le gustaba mucho la música, no era un gran apasionado, pero le gustaba y tenía muy buen ojo. No hace tanto han pasado por la sala Pablo Alborán, Vanesa Martín o Izal, en sus inicios. Si hablamos de hace más tiempo creo que el local también ha acogido a míticos como Sabina o Leiva. De hecho, al principio se organizaban unos ciclos y la artista Bebe tocaba todos los lunes hasta que creció y tuvo que dejar su actividad del Búho. Como te decía, el dueño tenía muy buen ojo, e intentó incluso montar una editorial musical o más bien un álbum con los diferentes artistas que venían a la sala, como un recopilatorio de lo que sucedía en Búho Real con el objetivo de llevarlo después por España y hacer gira con ellos.

¿Cómo fueron tus inicios en la sala?¿Qué la hace tan especial?

Comencé a trabajar en la sala como técnico de sonido en 2015, justo en el momento en que The Blinded, mi banda, pausó su actividad y después pasé a ser gerente de sala. Algo más tarde se vendió pero me mantuvieron como programador con los nuevos dueños. Siempre he intentado, sobretodo cuando he sido gerente porque al final tienes más poder, crear piña y que la gente que no tuviera un sitio en Madrid, o que acabase de llegar a la capital, estuviera cómoda. Que tuviera un espacio donde poder mostrarse. Creo que Darío, el antiguo dueño, hizo eso. Y por ello el Búho Real tiene tan buen nombre, y la gente que ya está llenando estadios, como Pablo Alborán, habla de la sala como algo muy especial.

Yo intento hacer lo mismo, cuando veo que hay gente que ha pasado por ahí y que ahora ha crecido, pero que en sus inicios el Búho Real era su casa, y que incluso se han llegado a cruzar como Roy Borland, Sebastián Cortes o Yoly Saa en el micro abierto de los miércoles… siento que la sala tiene una filosofía más allá de que, como es obvio, la gente tiene que consumir para poder mantenernos. No todos los días es montar conciertos con artistas que sabes que van a llenar, para cubrirte las espaldas. No va de eso ni nos interesa realmente, lo que queremos es que pases por el Búho, veas que hay música en directo y que cuando entres, te guste. Aunque no sea de tu estilo, pero que sea bueno, de calidad. Es lo que nos empezó a pasar los miércoles, en el micro abierto.

Cuando entré como técnico en 2015 no existía como tal la Noche de Búhos, pero sí que había unos micros abiertos. En realidad era como un “micro cerrado” porque tenías que apuntarte y tocaban como tres o cuatro artistas cinco canciones cada uno, y la gente podía venir a verlos. Pero claro, no es lo mismo, porque al final no es una jam, es una especie de ciclo, otra cosa.

La oportunidad de ser técnico sucedió porque me apunté para tocar en uno de los micros, no como Dan Millson aún, sino como One of the Blinded, en referencia a mi banda. Resulta que en la sala, cuando entré había un chico haciendo el sonido que no era técnico, sino camarero. Le pregunté si me permitía hacerme el sonido para tocar, no por ser arrogante sino porque tenía estudios como técnico y me dejó. Simplemente quería que todo saliera bien y le planteé que si uníamos fuerzas, podíamos hacer que todo funcionara mejor. Entré y sonoricé a los demás, porque mi intención no era hacerme el sonido a mi y dejar tirados a los otros, y me ofrecieron trabajo. Llegué como músico y salí como técnico. La verdad, fue una gran oportunidad, porque yo llegaba con mi hermano y un amigo, Chris, que era miembro de la banda, a buscarme la vida: solos, sin contactos, sin amigos.

Pero también te dieron la oportunidad de reinventar esos micros abiertos…

En 2016, cuando ya empecé a ser gerente, le di la vuelta para asemejarnos a lo que ya estaba haciendo La Fídula o Libertad 8.

Yo, como artista que es medio inglés, que viene de fuera de Madrid además, había ido a estos locales pero no eran espacios abiertos al tipo de música que yo estaba haciendo. Era mucho más cantautor, como la de Serrat, y yo no tenía ese hueco. Pensé que Madrid necesitaba un espacio donde todos pudieran subirse a cantar, ya fuera una jota, un Ed Sheeran o una versión de Metallica si quieres después, sin excluir.

La ciudad necesitaba un espacio donde la gente que había llegado nueva a la ciudad y quisieran mostrarnos y demostrar quiénes son y su música, tuvieran un hueco. Por eso lo empezamos a hacer.

La sala estaba en una situación muy comprometedora pero cambié al equipo entero y contraté a Cristian como técnico y Raquel como fotógrafa, teníamos también a un programador, a Luis y montamos el nuevo Búho Real basándonos en una gerencia diferente y adaptada a la actualidad. Buscamos darle un nombre a la escena y hacer algo distinto y cuando el espacio cambió de dueños a los del Fraggel Pop, se quedaron con nuestro proyecto.

¿Qué sucedió tras este cambio de aires?

El Fraggel Pop era un bar de ambiente de Chueca que estaba al final de Regueros, pero tuvieron una serie de problemas por lo que cerraron y justamente tuvieron la oportunidad de reabrir unos números más abajo, en el local de Búho Real. Resulta que uno de los dueños del Fraggel ya había trabajado con Darío, el antiguo dueño de la sala, diez años antes de la compra. Tenía mucha pasión por el local y quería mantener la esencia primigenia, así que a mi me ofrecieron ser el programador y que llevara el micro abierto, algo que acepté unos meses más tarde cuando en marzo de 2017 volvimos a meter las jams y le dimos el nombre de Noche de Búhos, fue como volver a la gerencia antigua de la sala.

La gente que venía anteriormente a la sala y nos conocía, regresó. Era una noche donde nos reuníamos de nuevo, nos conocíamos todos, y conservaba la personalidad del antiguo Búho Real.

Rechacé parte de las responsabilidades, y me quedé sólo con Noche de Búhos porque en ese año, 2017, también empecé mi proyecto en solitario como Dan Millson y quería estar tocando y enfocarme en ello mucho más. Del resto de la gerencia se encargan ellos pero es parecido a cómo lo hacíamos antes, aunque los conciertos acaban antes quizás, y los fines de semana se convierte en el puro Fraggel Pop de ambiente, pero no excluye a nadie. De hecho es divertido, es un lugar donde también pasarlo bien, con música agradable y buenos precios. Hemos aprendido unos de otros.

Y de hecho, Búho Real ha creado una marca muy propia, también en la que conocer a otros jóvenes artistas…

Ahora mismo es una de las salas más potentes a nivel de marca en Madrid, un referente musical. Es cierto que yo llegué con el nombre de la sala ya conocido, pero estoy contento de formar parte de ello y haberlo hecho crecer y mantenerlo. Es como mi bebé para mí, mi proyecto. La sala me ha hecho madurar. Con 24 años era en encargado de sala, me hizo ponerme las pilas y crecer, ver cómo funciona la industria.

De hecho, gracias a la sala, sobretodo con todo lo que hacemos desde Búho Real como la Noche de Búhos o el Rincón Creativo, he podido conocer a mucha gente y hacer muchos contactos. Dan Millson surgió gracias a alguien que pude conocer allí, con quien cerré mi primer contrato discográfico, así que los eventos organizados por Búho Real son un buen punto de encuentro. En los micros abiertos se han conocido María Yfeu con su teclista, Clara y Jhonny, que conforman Klermoon o Roy Borland y Sebastián Cortés. El cuarteto de Yoly Saa, Eva McBel, Ede y María de la Flor surgió porque se conocieron en Noche de Búhos, en el Búho Real. Es precioso que haya sucedido esto, y que les haya podido conocer a todos. Allí surgen conexiones, pero de manera natural, hablando en un mismo lenguaje, en el musical.

¿Cómo son público y artistas en la actualidad?

Ahora mismo viene una generación con mucha pasión por la música, muy jóvenes, con ganas de escuchar también a gente nueva. Cada seis meses hay un cambio de gente, algunos siguen viniendo, pero no todos los miércoles por lo general. Hay picos pero creo que estos últimos meses los artistas de Noche de Búhos están despuntando. Al final son muchísimas personas las que han pasado por ahí. Hay mucho cariño vertido en Noche de Búhos. En la pandemia hicimos un Instagram Live y fue una pasada la cantidad de participantes en unas cuatro horas, que pasaron por allí. Muchos se quedaron fuera, gente de Argentina, Chile, que se quería conectar y conocen la sala. Que me hablan, me escriben: “cuando vaya a Madrid quiero pasarme”.

Hemos creado una marca sin pensar en crear una marca. Lo pensamos como un lugar donde conectar y se ha convertido en algo muy potente, muy fuerte.

Es todo para y por la conexión entre músicos, y que los artistas no se sientan solos cuando lleguen a Madrid.

Creo que lo hemos conseguido y la gente lo nota, el público mismo ha creado ese ambiente y ese buen rollo, porque respetan y saben lo que se viene a hacer en la sala.

La gente va sola, nueva en la ciudad, siendo la primera vez que se suben al escenario. Tres meses después ves el cambio y tiene más tablas, están más confiados. Es un lugar donde perder el miedo, hay mucha gente que viene así y si se equivoca no importa, aplaudimos y damos otra oportunidad. Tiene mucho mérito lo que hacen, mucho más que dar un concierto con gente conocida porque en Noche de Búhos te subes al escenario y probablemente te conozcan tres, el resto es público que te está escuchando. Hay que premiar eso, es duro porque solo tienes una oportunidad así que sí, te puedes equivocar y no pasa nada. El problema es no subirte y no equivocarte. Por esto regresan los artistas, porque es una comunidad donde sentirse cómodo y donde todos somos iguales.

A las 18:30hrs ya está lleno, empieza a las 19hrs y hay gente que se ha quedado fuera sin poder entrar. La gente quiere venir, y eso es muy mágico. Me gustaría hacer más con Noche de Búhos, íbamos a hacer algo pero nos frenó la pandemia. Ahora estamos retomándolo. Así que pronto tendremos noticias.

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